jueves, 20 de mayo de 2010

Desde Fox Glaciar hasta Picton

Nos levantamos pronto, a eso de las 6’00h, sin poder conciliar más el sueño, y es que aun tenemos el horario a medio cambiar y se nos hace algo pesado el dormir más de las 5’00h. Tras echar un ojo a los resultados de la F1 (puxa Alonso!!!) nos ponemos en marcha y tras un desayuno típico NZ nos dirigimos a la base del Glaciar Fox.

Formamos un grupo de 10 personas encabezado por nuestro guía local Mathius, al cual, como era de esperar, no entendíamos ni papa,… por suerte algunas palabras se quedaban y entre Eva y yo descifrábamos algunas cosas. Se nos reparte el material para la marcha, unas botas y unos crampones, y comenzamos el ascenso.

La marcha no dura más de 4 horas, de las cuales al menos 2 son subiendo un gran desnivel por la ladera colindante al glaciar. Una vez arriba nos calzamos los crampones y penetramos en una gran grieta azul eléctrico formada en el glaciar. Caminamos sobre escalones de granizado hasta alcanzar una de las cimas, donde podemos divisar la magnitud del hielo que nos rodea. La escena es espectacular y en ese momento te olvidas de todo y solo puedes observar incrédulo el paisaje y formar una sonrisa ridícula en tu cara. Avanzamos entre grietas durante 2 horas y regresamos a la ladera donde nos quedamos con ganas de pasar más tiempo sobre el hielo.




Descendemos entonces hasta la morrena formada en la base y retornamos al bus donde nos lleva de vuelta a Fox Glaciar.

Cogemos la Campervan y nos dirigimos, ya por nuestra cuenta, a una ruta de 2 horas hasta la base del Glaciar Franz Josef, descubrimos entonces el tamaño colosal del glaciar y las cascadas que caen desde los laterales al valle que le da acceso.

La leyenda que narran sobre éste glaciar dice que una joven perdió a su amante al caer desde uno de sus picos, y su torrente de lágrimas se congeló formando el glaciar”… eso si que es llorar.

De nuevo en la carretera partimos hacia nuestro último destino del día, Punakaiki, lugar costero donde se extiende las famosas Pancake Rocks, que se trata de unas formaciones rocosas con forma de pastel de mil y una capas, pero antes de llegar a éste destino pasamos por varios pueblos interesantes como Greymouth, famoso por su jade (y por cerrar todas su tiendas antes de las 17’00h), Hokitika, ciudad del lejano oeste, Pakekura, una minúscula población de tan solo 2 habitantes, donde a un lado se encuentra un lugar de mochileros, y al otro se encuentra un restaurante donde su odio a las comadrejas, a los amantes de la naturaleza y a los habitantes de Auckland hace de éste lugar un sitio “peculiar” donde poder tomar un “buen” aperitivo como la cecina o paté de comadreja, o platos especializados como: comadreja bajo las ruedas o el placer de los faros, su lema: “El viajero los matas, nosotros los asamos”.

También pasamos por la población de Ross donde, allá por el 1907, se descubrió la mayor pepita de oro del país, 2772Kg… CASI NA.!!

Hacemos noche en un camping en Punakaiki, una ducha tranquila y una cena ligerita y nos echamos a dormir a esperar un nuevo día.

Amanece otro increíble (y raro) día soleado Neocelandés, de momento con el tiempo estamos teniendo muchísima suerte, hasta el punto de que los lugareños lo flipan con estos días. Y tras el desayuno ponemos pie en polvareda camino a las Pancake Rocks. Al llegar, y tras un breve paseo entre los increíbles “árboles” de helechos, llegamos a las primeras formaciones rocosas, la verdad es que nada del otro mundo, empezamos a pensar que puede ser el primer lugar que nos decepcione un poco, o al menos no a la altura de NZ, pero esas impresiones se evaporan al visualizar las siguientes rocas, unas colosales formaciones rocosas bañadas por un fuerte oleaje se elevan ante nosotros mitad del acantilado. Seguimos recorriendo la costa descubriendo nuevos recodos en los acantilados hasta el final del camino.



Ya con la sonrisa en la cara que viene siendo habitual en nuestros días en éste paraíso nos dirigimos a Westport, pero no sin antes pasar por la Bahía Tauranga, donde una colonia de Osos Marinos y Focas bañan la costa de ésta bahía. Nos relajamos un rato admirando la vida juguetona de éstos animales donde, por estos meses del año, es mayormente habitada por crías.



Finalmente nos marchamos por la ruta del Buller Gorge hasta el destino del día, el Parque Natural de Abel Tasman, lugar de partida de cientos de rutas a pié, en bici o en kayak, y su pueblo costero Marahau, donde llegamos en pleno atardecer y admiramos una espléndida puesta sobre su costa en bajamar. Acampamos en la granja All McDonald’s Farm, de los más “mochilero” que hemos estado, un lugar original donde se encuentran llamas, alpacas, ciervos, cerdos y vacas. Sus “rústicos” baños, me siguen demostrando que la educación en NZ nos da mil vueltas, aseos impolutos e instalaciones modestas pero impecables nos dice mucho del cuidado de los campistas zonales.

A la mañana siguiente nos dirigimos a las oficinas de kayak Abel Tasman, donde tenemos reservada una excursión en AcuaTaxi, kayak y ruta a pié. Como viene siendo habitual, llegamos una hora antes de la salida, e intentamos entender las indicaciones de los guías, quedándonos con algunas dudas, ¿Hay que llevar ropa seca? ¿gafas? ¿nos dan algo? ¿es hoy?... Tras hacer la presentación al grupo de forma individual, y en ingles (conmigo lo fliparon) conocimos a Felipe y a Berni, una pareja de Chilenos geniales, por fin alguien que nos entendía!!!

La ruta comenzó montándonos en un barco remolcado éste por un tractor a 2km de la costa, sin apearnos de nuestro lugar en el bote, descendemos hasta el tranquilo mar donde nos deslizamos, ahora si en el barco, a lo largo de la costa del Parque Natural, empezamos a entender por que éste es el destino preferido para los veraneos de los Neocelandeses de la Capital, decenas de calas paradisíacas salpican la dorada costa bañada por un espectacular azul intenso, sobre ella unos montes de espesa vegetación se alzan dando forma a lo que es sin duda uno de los mejores parques naturales de Nueva Zelanda. Llegamos entonces a uno de nuestros destinos, una bahía donde nos dan las primeras lecciones sobre la ruta a realizar y sobre como usar un kayak.

Comenzamos a remar desde Onetahuti Beach hacia una pequeña isla situada en mitad de la bahía, Isla Tonga, donde centenares de focas toman el sol junto a la orilla. Nos acercamos lentamente hasta encontrarnos a escasos metros de ellas, incluso alguna juguetona cría salto junto a nuestro kayak y alguna que otra se llevó un remazo, y que conste que ésta vez no fuimos nosotros. Una vez terminado el espectáculo remamos hacia Mosquito Bay, una tranquila bahía casi cerrada donde el único sonido era el de las aves, los mosquitos y nuestras cámaras de fotos.

De allí a Sandfly Bay, donde dejamos los kayak y, ésta vez si, nos entregan un apetitoso almuerzo, donde entre otras cosas, una inmensa magdalena de frambuesa digna de la alimentación de un Maorí.





Tras el papeo, comenzamos a andar junto con nuestros amigos Chilenospor la ruta marcada hacia Achorage, donde nos esperaba de nuevo el AcuaTaxi para llevarnos de regreso a Marahau.

Una cerveza merecida, un poco de charla, y nos despedimos de los Chilenos para continuar nuestro camino. Carretera y manta dirección Havelok, lugar de cultivo de los famosos Mejillones de Labios Verdes.

Cae la noche en la carretera y decidimos ir hacia el Estrecho de Marlborough, comenzamos entonces un cansado camino por una estrecha carretera de montaña en busca de un lugar donde dormir, y pasadas varias horas, ya cuando el cansancio empezaba a apoderarse de nosotros, encontramos al fin un lugar a la altura de Eleine Bay donde pasar la noche. Unos HotDogs y a descansar.

Nos despertamos con un espectacular amanecer sobre una de las múltiples bahías que forman estos fiordos, y partimos hacia French Pass. La enrevesada carretea de graba que serpentea a un lado y a otro de los fiordos nos obliga a realizar múltiples paradas para fotografiar sus paisajes de postal. Pasan algunas horas hasta llegar al final del camino. Un estrecho paso de agua entre la península y una hermosa isla con nombre Maorí, Rangitoto Ke Te Tonga, y no, no me he inventado el nombre. En el estrecho las corrientes de agua formadas por las mareas y el viento crean en este estrecho de poca profundidad una agitación en sus aguas temidas por los lugareños, donde al parecer, se llegan a formar hasta olas de varios metros de altura.




De nuevo nos ponemos rumbo a la civilización, nuestro destino es Havalok, donde llegamos 3 horas después. Celebramos nuestra llegada con una estupenda comida en Slip Inn, un restaurante situado en el puerto donde nos metemos un par de jarras de buena cerveza local y un plato de degustación con 7 tipos diferentes de mejillones (espectaculares) junto con un plato de Perca azul rebozada con cerveza (tremenda), y de postre, Una Cheescake de medio kilo y un pastel de chocolate bañado en burbon y helado de vainilla… salimos corriendo con miedo a reventar en el local y nos damos un paseo por el pueblo de escasas 15 casas en busca de un encargo, extracto de labio de mejillón verde, tras preguntar en varias tiendas nos vamos con las manos vacías.





Llegamos al fin a nuestro destino del día, Picton, realizamos las compras de souvenirs y tras una hora, nos cierran las tiendas y nos dirigimos al camping donde pasar la noche. Posiblemente el camping más pequeño que he conocido, con tan solo 20 parcelas para campervans y 4 cabinas para mochileros, se sitúa literalmente, en el medio de una gran rotonda, pero no por ello deja de ser un lugar apacible y cómodo donde darse una ducha caliente, lavar la ropa y escribir éstas líneas.

Mañana toca coger el Ferry para cruzar a North Island.

Un abrazo familia

(Siento la calidad de las fotos, entre más de 3000 que tenemos no hemos tenido tiempo de hacer una buena selección, al regreso colgaremos las buenas)

(Luis, las fotos Politours las tengo aparte)

3 comentarios:

  1. Increible, 7 tipos distintos de mejillones, por poco lloro leyendolo.

    Un besito.

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  2. lo del restaurante de comadrejas lo has visto en una peli, no me lo creo jajaja

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  3. Me alegro mucho de ver que lo estais disfrutando al máximo. Seguir así!
    Un abrazo pareja.

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